Como si de una broma se tratara, el 28 de diciembre de 1957 la empresa Dolomitas del Norte S.A.,  descubre tras una voladura la cueva de Pozalagua. Hasta este momento la cueva era una cavidad sin salida que hubiera permanecido en la clandestinidad otros miles de años. Sin embargo, el destino quiso que saliera a la luz, quien sabe, quizás para darnos la oportunidad de visitar la cueva más bonita del mundo (no lo decimos nosotros, lo dicen los expertos).

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​​​​​​​​​​​​​​​​​La cueva es un museo vivo de estalagmitas, estalactitas, columnas, gours… pero son las estalactitas excéntricas las que la hacen especial. Solo hay otra cueva donde se pueden encontrar este tipo de estalagmitas, concretamente en Australia.

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Las estalactitas excéntricas desafían con descaro la gravedad creciendo en todas direcciones y creando formas entrelazadas infinitas. Su origen continúa siendo todo un misterio todavía a día de hoy: corrientes de aire, raíces, campos magnéticos… ni siquiera los más expertos conocen el origen de estas formaciones tan peculiares.

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Cuando visites esta cueva no puedes olvidar que la cueva está viva: sus formaciones están creciendo continuamente,  así que es muy importante que no toques la capa de agua y mineral para no entorpecer su lento crecimiento: más o menos las estalactitas crecen 1 cm cada 100 años.

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VISITA TURÍSTICA 

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Una visita guiada por la cueva donde descubrirás su historia y alguno de los secretos mejor guardados de esta empresionante cueva. La visita finaliza en un mirador desde donde se puede admirar la gran sala que forma la cueva, y ya de paso podemos dejar volar nuestra imaginación identificando formas y personajes dentro de la cueva: un órgano, un duende, o incluso Marijaia, solo te tienes que fijarte bien…