Situada en las pintorescas faldas de la majestuosa Sierra Salvada, esta encantadora localidad vizcaína se destaca por su singularidad. Limitando con Burgos en su punto más elevado, su historia y evolución están moldeadas por esta singular frontera, y también comparte su valle con cuatro hermosas aldeas alavesas.

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A lo largo de los años, este es el único municipio vasco que se ha convertido en un enclave de su propio territorio histórico, y es la única localidad en Bizkaia que ostenta el título de "ciudad" (Bilbao, por ejemplo, se considera una villa, no una ciudad).

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El casco histórico es un verdadero tesoro, designado como conjunto histórico-monumental en 1997, y alberga una gran cantidad de monumentos de gran relevancia histórica y cultural. La imponente muralla, que en su apogeo medía 1,8 kilómetros, todavía conserva el 65% de su antiguo esplendor. Gran parte de esta muralla es visible para quienes optan por pasear cerca de la parroquia de Santa María.

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La Plaza de los Fueros es el epicentro de la vida local, donde convergen once calles que componen un diseño urbano medieval único. Aquí también se encuentra el edificio de la antigua Aduana, construido a finales del siglo XVIII y que en la actualidad se ha transformado en un hotel y balneario, además de ser el hogar de la Casa Consistorial. Así que, ¿listo para sumergirte en la historia y el encanto de este lugar? ¡Atrévete a descubrirlo!

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