AYALA




En el norte de Álava, Ayala o Aiara en euskera, es un municipio donde la historia, la naturaleza y la vida rural se entrelazan en perfecta armonía.
Sus verdes valles, sus montes y su legado señorial hacen de este rincón de Aiaraldea un destino imprescindible para quienes buscan la esencia del País Vasco más auténtico.
El paisaje de Ayala está dominado por la majestuosa Sierra Salvada o Gorobel, cuyas cumbres dibujan un horizonte inconfundible. A sus pies se extienden bosques de robles y hayedos, praderas y caseríos dispersos que evocan siglos de vida agrícola y ganadera.
En este entorno natural destaca el embalse de Maroño, un bello espejo de agua a los pies de la sierra, donde se reflejan las montañas.
El patrimonio histórico de Ayala es un viaje al pasado. Entre sus numerosos palacios, casas torre y ermitas rurales, destaca el Conjunto Monumental de Quejana (Kexaa), antigua residencia de la poderosa familia Ayala. Su torre fortificada, la iglesia de San Juan Bautista y los sepulcros góticos del Canciller Ayala conforman uno de los enclaves más emblemáticos de Álava.
Los distintos núcleos rurales que integran el municipio, como Luiaondo, Menagarai, Quejana o Llanteno, conservan la arquitectura tradicional y su identidad intacta. Respaldiza (Arespalditza), la capital, combina historia y modernidad, sirviendo como punto de partida para descubrir la comarca.
Ayala es mucho más que un lugar: es una experiencia. Un encuentro entre el pasado y el presente, entre la piedra y el verde.