Todos los pueblos del interior de Euskadi tienen una zona donde txikitear o potear que no es otra cosa que ir de vinos de bar en bar con la “Kuadrilla”.

 

Vive ese ambiente único y disfruta de animadas conversaciones mezclándote con la gente autóctona. Y por supuesto, en tu ruta de txikiteo es casi una obligación degustar los típicos pintxos vascos. Estas delicias en miniatura llenan las barras de los bares y te costará lo tuyo decidirte. Empezaron como una necesidad para acompañar al vino pero poco a poco se han convertido en parte fundamental de la gastronomía. No hace falta tener mucha hambre, sus colores y texturas entran por los ojos y es imposible resistirse.

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“Ante la duda, “copia” a los locales que hay en el bar, siempre saben qué pintxo es el mejor de cada establecimiento”

 

Una vez que tengas la tripa llena, mira a tu alrededor que seguro que encuentras cuatro personas con camisas de cuadros y txapela sentadas en torno a una mesa con una baraja de cartas. Están jugando al mus. Acércate y disfruta del espectáculo.

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